Jaime Molés

Drogas, apuestas, o videojuegos son algunos ejemplos de adicciones que preferimos no nombrar, pero sí están presentes en nuestra provincia.​

 

Las adicciones van más allá de las que conocemos o de las que somos conscientes. Lo más normal es que al hablar de ellas, pensemos en drogas, sustancias ilegales como la cocaína o el cannabis y no indaguemos más. Pero ¿pueden ser los videojuegos, la comida o las compras una adicción real? La respuesta, es sencilla, sí. Pero es más complicada de responder a nivel social y, sobre todo, empresarial. El hecho de admitir que las compras o las denominadas tragaperras entre otros ejemplos son un grave problema, traería grandes consecuencias. El alcohol o el tabaco son un claro ejemplo de ello y debido a lo que generan, se corre un tupido velo.

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Debemos diferenciar entre las adicciones tóxicas y las no tóxicas. Las adicciones tóxicas o drogodependencias son aquellas que vinculamos a sustancias tales como el tabaco, la cocaína o el alcohol entre otros. Por otra parte, las no tóxicas o también denominadas comportamentales, son la ludopatía u otras adicciones que tan si quiera nos planteamos que puedan llegar a ser peligrosas como el sexo, el deporte y otras en auge como la adicción al teléfono móvil o a las redes sociales.

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Se considera que una persona es adicta a algo cuando pierde el control al desarrollar una actividad determinada y, por lo tanto, continúa realizándola a pesar de todas las consecuencias negativas que esta conlleva. El comportamiento puede estar desencadenado desde una emoción de deseo intenso o desde la obsesión.

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Según el Informe Mundial sobre las drogas 2023 de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC), la oferta de drogas ilegales sigue registrando cifras sin precedentes. Destacan que los jóvenes son los más vulnerables y, además, tan solo una de cada cinco personas con trastornos debido a las drogas seguía los correspondientes tratamientos, en muchas ocasiones debido a la dificultad de conseguirlos.

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​Es por ello, que las asociaciones que ofrecen ayuda de forma profesional son totalmente necesarias. En Castellón, entre otras asociaciones a las que acudir, encontramos PATIM, “una respuesta profesional al fenómeno de las adicciones y la exclusión social.” Se centran en las adicciones, los comportamientos y la integración de las personas.