
Con un 13,1%, los hipnosedantes son el tercer tipo de droga más consumida en el territorio español. Los hipnosedantes agrupan a una serie de drogas que deprimen el Sistema Nervioso Central, provocando un efecto de relajación y tranquilidad muy profundo. Lorazepam, Diazepam y Clonazepam son algunos ejemplos de estas drogas.
Para demostrar el alcance de estas drogas en la sociedad, cabe decir que son el tercer tipo de estupefaciente más consumido en España. Esto las coloca un puesto por encima del cannabis –marihuana–, y tan solo superada por el alcohol y el tabaco.
Los hipnosedantes, junto al alcohol y el tabaco, constituyen el grupo de narcóticos conocido como “drogas blandas". Las drogas blandas son narcóticos considerados positivamente por la sociedad. Es decir, al contrario que otras drogas cargadas de connotaciones negativas, los hipnosedantes poseen una opinión social positiva, debido a que están presentes en medicamentos recetados por médicos.
«Es medicina, no puede ser mala...»
Los hipnosedantes se utilizan en el tratamiento de numerosas patologías por sus propiedades relajantes e hipnóticas. En casos de dolor crónico o agudo, epilepsias o dolores musculares los hipnosedantes son de gran utilidad pues ayudan a rebajar dichas molestias y a mejorar en gran medida la calidad de vida del enfermo.
Además, en ciertos casos, los hipnosedantes también se prescriben junto a otros medicamentos. Por ejemplo, en casos de depresión severa, se pueden diagnosticar medicamentos antidepresivos junto con otros como las benzodiacepinas.
No obstante, estos tratamientos deben de estar sujetos en toda ocasión a la prescripción médica. Los medicamentos hipnosedantes no son ninguna broma, sus efectos son muy intensos y, debido a que causan relajación y adormecimiento, pueden llegar a ser muy adictivos, si no son consumidos con precaución.
Es por ello que los tratamientos que involucran a los hipnosedantes nunca son primera opción. Este tipo de tratamientos son administrados cuando otros tipos han sido probados y no han funcionado correctamente.

Riesgos del abuso de hipnosedantes
En caso de consumo de hipnosedantes sin seguir las recomendaciones y pautas de un profesional de la salud, pueden presentarse problemas graves como:
Dificultad de memoria y concentración.
Confusión mental.
Problemas de coordinación.
Falta de equilibrio.
Visión borrosa.
Trastornos cognitivos.
Es decir, cualquier actividad diaria que requiera una coordinación motora puede verse afectada por este consumo, por ejemplo el habla, la conducción o las tareas que requieran concentración. Se ha demostrado que un abuso continuado de estos estupefacientes puede generar mayor riesgo de padecer demencia. Además, en conjunto con otras dolencias y problemas de salud, pueden causar:
Depresión respiratoria –reducción del nivel de oxígeno en sangre–.
Impotencia sexual.
Problemas psicológicos, como dependencia, insomnio, irritabilidad o ansiedad.
Los hipnosedantes son un problema grave, que debe empezar a tratarse de inmediato y seriamente. Preocupa el elevado número de jóvenes consumidores; la edad media de comienzo de consumo es de 14 años. Se conoce que su adquisición en farmacias no es complicada, habiendo muchas que los venden sin necesidad de una receta.
Los hipnosedantes son una plaga que ha de exterminarse, el siguiente adicto puede ser tu amigo, tu hijo, tus padres.
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