Nos sumergimos en el fascinante universo de la ayahuasca, una antigua medicina amazónica que ha cautivado la atención del mundo contemporáneo. Este artículo explora sus profundas raíces culturales, así como sus aplicaciones modernas en el ámbito terapéutico y espiritual.

La Ayahuasca es el nombre que recibe el brebaje ancestral utilizado por diversas culturas indígenas y que se ha convertido en una puerta de acceso a dimensiones desconocidas de la conciencia y la espiritualidad. Este término proviene de las palabras “Aya”, que significa muerto y “huasca”, que se define como soga o liana; por eso, esta bebida también es conocida como “liana de los espíritus” o “vid de las almas”.
Este nombre hace referencia tanto a la planta con la que se elabora (Banisteriopsis caapi) como al proceso de decocción psicoactiva que realizan los indígenas en sus rituales. Aunque para obtener esta bebida es necesario mezclar varias plantas que contengan sustancias que actúen como inhibidores de la monoamino oxidasa (IMAO) para así hacer posible que se active el componente psicoactivo primario dimetiltriptamina (DMT), que es lo que causa los efectos alucinógenos en las personas.
Efectos del consumo de la DMT:
Sensación de euforia.
Alucinaciones visuales y auditivas.
Experiencias místicas o espirituales.
Cambios en la conciencia y la realidad.
Efectos inmediatos como náuseas y vómitos.
Alteraciones en la percepción del tiempo y el espacio.
A pesar de que sus denominaciones más conocidas son “Ayahuasca” o “Yagué”, es cierto que existen otras palabras empleadas a lo largo de toda la cuenca amazónica para referirse a lo mismo como lo son: “Natema”, “Daime”, o “Chá”.
Esta sustancia es utilizada desde la antigüedad por los chamanes amazónicos en sus ceremonias. Sin embargo, su uso en España se popularizó a finales de los años 90, y por mucho que no se tenga la misma connotación que en las culturas amazónicas, no quita que su consumo sea frecuente en los retiros espirituales, dado que tiene un efecto alucinógeno y se ha extendido la idea de que es algo que está ayudando a las personas a descubrir su ser interior. Además, también se emplea contra las adicciones y otros trastornos psicológicos, como, por ejemplo, la ansiedad.

Ha sido tan grande su fama que hay personas que viajan a dichos países únicamente para experimentar esa sensación que se crea a través de la ingesta de la ayahuasca, es lo que recibe el nombre de Turismo de Ayahuasca.
Las ceremonias de Ayahuasca son actos colectivos que tienen lugar en los pueblos amazónicos (Perú, Bolivia, Brasil, etc.) y están dirigidas por un chamán, el cuál introduce y advierte sobre lo que se puede experimentar, pues existen tres ámbitos de la experiencia de la ayahuasca:
La serpiente (representa los aspectos más oscuros de uno mismo).
El jaguar (representa la vida cotidiana).
El águila (muestra los aspectos espirituales de la persona).
Estas culturas indígenas consideran que el canto es un elemento fundamental mientras que se está cocinando la ayahuasca porque así se “despierta” la medicina y a la hora de ingerir la bebida causa ese mismo efecto entre los consumidores.
Muchas de las personas que consumen la planta buscan una reconciliación con sus pensamientos y emociones, así como vivencias dramáticas pasadas (o también presentes); después de esto, los consumidores se sienten en paz con sus pensamientos y con mayor aceptación de su situación presente.
Pero, no hay que olvidar que esta sustancia psicotrópica no se usa con un fin recreativo ni es considerada una droga, asimismo, tampoco se puede poner en manos de gente sin una experiencia adecuada.
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