
Los Hongos psilocibios, comúnmente setas alucinógenas, son un tipo de droga ilegal que contiene sustancias psicoactivas como la psilocibina y la psilocina. Esto significa que, con su consumo, se pueden llegar a tener alucinaciones.
Según la última investigación Estudes del Plan Nacional Sobre Drogas (2018), un 1.7% de la población entre 14 y 18 años han probado setas alucinógenas alguna vez en su vida. Viendo estos datos, se podría decir que su consumo no es tan frecuente como el de otras drogas de las que hablamos en este blog.
Los efectos de las setas alucinógenas suelen comenzar a notarse entre 30 y 45 minutos después de su ingestión y duran hasta 6 horas. Al principio, aparecen las náuseas y bostezos excesivos. Tras estos efectos, comienza lo que se conoce como el “viaje”. Según la seta que sea y la cantidad que se tome, este viaje puede ser suave, provocando que la persona se quede adormilada o relajada.
Sin embargo, con dosis más altas o setas fuertes es cuando se pueden provocar alucinaciones, ansiedad, paranoia y nerviosismo. La percepción del tiempo, el espacio y la realidad se vuelve distorsionada. Una dosis excesiva puede derivar en una afección mental de larga duración: la psicosis. Los efectos de esta droga también dependen del estado de ánimo, la personalidad y las expectativas de quien la consume. Entre los efectos físicos más habituales se encuentran los siguientes:
Náuseas y vómitos
Aumento de la frecuencia cardíaca, tensión arterial y temperatura corporal
Debilidad muscular
Somnolencia
Falta de coordinación
Pupilas dilatadas
Algunos consumidores de setas alucinógenas experimentan recuerdos recurrentes o flashbacks en los que reviven partes de un viaje cuando ya no están “colocados”. Éstos llegan sin previo aviso y pueden ocurrir días o meses después de haber consumido.
Un poco de historia
Las setas alucinógenas han sido utilizadas por diversas culturas a lo largo de la historia con propósitos rituales y espirituales. Las culturas indígenas de América, África y Asia fueron las primeras en emplearlas con fines ceremoniales y religiosos. Aunque estas comunidades llevaban mucho tiempo usándolas, fue en el siglo XX cuando los occidentales comenzaron a tomar conciencia de ellas.
En 1958, el químico suizo Albert Hofmann identificó la psilocibina y la psilocina como los compuestos responsables de los efectos psicodélicos de estas setas. Durante el auge del movimiento contracultural en los años 60 y 70, las setas alucinógenas ganaron popularidad en Occidente. Se comenzó a utilizarlas en contextos no solo espirituales, sino también recreativos.
En las décadas de 1970 y 1980, muchos países comenzaron a prohibir el uso de sustancias psicodélicas, incluyendo las setas alucinógenas. Sin embargo, en las últimas décadas, ha habido un resurgimiento del interés en la investigación sobre los beneficios terapéuticos de estas sustancias. Actualmente, la investigación científica ha renovado el interés en los posibles beneficios terapéuticos de los hongos psilocibios, especialmente en el tratamiento de trastornos mentales como la depresión, la ansiedad y el trastorno por estrés postraumático (TEPT).
Fuentes:
Carod-Artal, F. J. (2015). Alucinógenos en las culturas precolombinas mesoamericanas. Neurologia (Barcelona, España), 30(1), 42-49. https://doi.org/10.1016/j.nrl.2011.07.003
Comunicación Varios. (s/f). Revclinesp.es. Recuperado el 13 de noviembre de 2023, de https://www.revclinesp.es/es-congresos-xxxvii-congreso-nacional-sociedad-espanola-44-sesion-varios-2838-intoxicacion-por-setas-alucinogenas-31732
Plan Nacional sobre Drogas. (s/f). Gob.es. Recuperado el 13 de noviembre de 2023, de https://pnsd.sanidad.gob.es
Setas. (2020, agosto 9). Energy Control. https://energycontrol.org/sustancias/setas/
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